jueves, 26 de marzo de 2009

Jesús

Jesús es mi papá y, como saben los que me conocen, mi relación con él no es la más fácil del mundo.

La pregunta es si hay alguna relación padre / madre - hijo/a que sea sencilla, y la respuesta ... bueno, la respuesta varía según el optimismo con el que vea las cosas.

De todos modos, hoy no escribo para hablar de lo complicada que fue mi relación con papá desde que dejé de ser una nena fascinada por su padre hiper poderoso, hasta que me fui a vivir sola, sino de otra cosa.

Jesús está grande.
En Abril cumple sus 88 años.
Y a lo largo de su vida tuvo muchas muchas pérdidas, pero también muchas ganancias. Si no no demostraría el pulso de vida que tiene, más allá de que me viene diciendo que este año es el último desde que yo tengo memoria.

Jesús está grande y es muy difícil ver deteriorarse el cuerpo de una de las personas que mantuvieron tu vida en pie.

Gracias a la vida y junto con varios dolores de cabeza y estómago que me ha dado, también me dio otros materiales que alimentan las estructuras que me sostienen.

Mi papá siempre, siempre está escuchando radio.
Y tiene una parecida a esta guardada en un ropero.
Eso lo heredé de él. Escuchar la radio, digo.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Porque recuerdo cosas tristes

Porque tiendo a recordar las cosas tristes y que me producen dolor más que otras es que me gustaría escribirlas en un papel.

Y luego quemarlas y que a las cenizas se las llevara el viento y se convirtieran en mariposas de colores, que luego morirán a los dos días.


viernes, 13 de marzo de 2009

Saturno en oposición a Marte

Ufff, así es y así lo dice mi horóscopo de hoy.
Claro, cómo caí en consultar el horóscopo? Pues tratando de explicar mi malhumor.

Hace 3 días barra cuatro, que ando a las patadas, de mal humor, susceptible, disconforme y belicosa.
Hoy en última instancia se me ocurrió manotear otra excusa barra razón para mi estado y me encontré con ese "diagnóstico" en el horóscopo.
La macana es que dicen que justo justo ese tránsito sucede una vez cada 29 años, y como sucede cada tannnto tiempo, el efecto suele ser más profundo y duradero. Qué garrón.

Cuento brevemente de qué se trata el diagnóstico y luego sigo, porque sino van a creer que estoy poseída por Horangel y no es así.
Resulta que ese "tránsito" se trata de un período de frustración y de choque en las relaciones con los otros, y de sentirse herido frente a algunos comentarios barra sugerencias barra consejos de terceros y de vivir estos choques con angustia y rencor. Una maravilla.

Más allá del diagnóstico astrológico lo que estoy descubriendo de mí es que me cuesta mucho ponerle palabras a mis emociones. A las buenas y a las malas, claro.
No creo ser tan especial como para decir que sufro de una dolencia rara o especial, lo que sí creo es que la mayoría de las personas no se ponen del humor que yo me pongo cuando no logran expresarse.

Y aparejado a esto de no saber ponerle palabras a las emociones (cosa que tan claramente me recalcó amiga Xmm que está demasiado ocupada como para leer este blog y saber que la escucho) viene el no hacerse cargo del propio deseo.

Me pasé la vida siendo "modosa" como bien me marcaba amiga Xg, y esto no habla de una persona buena y piadosa que se aviene a cualquier circunstancia con una sonrisa, sino que habla de un ser omnipotente que cree poder incluso con las situaciones que la molestan, la lastiman y le causan desagrado.

Ok, no es que estoy siendo tan dura conmigo, simplemente estoy dando cuentas de un aspecto propio que intento modificar a partir de haberlo detectado.
Y lo hago por el simple hecho de que no me proporciona felicidad no hacerme cargo de los propios deseos.

De todos modos reconozco que bastó que OotS mencionara apenas una de estas características como para que al día siguiente yo me levantara de un malhumor horrible y me sintiera herida y ofendida. Uff, el tránsito de Saturno de vuelta... Saturno siempre me da una buena excusa.

En realidad se que el camino del auto aprendizaje es muy difícil, y muchas veces dudo de hacerme cargo de eso.

Pero sé que es un viaje de ida del cual es muy caro el precio a pagar si uno abandona.


lunes, 9 de marzo de 2009

Apacheta

Volví, después de unos días maravillosos.
Estoy feliz de haber ido y de haber visitado muchos lugares que la vez anterior que viajé no pude conocer.

Paramos en el Residencial Elena, divino, más lindo incluso que la vez anterior.
Está super bien mantenido y sigue dando la sensación de “volver a casa” cuando te vas a otro lado.
Lo atienden dos hermanas hiper galleguísimas que no dudan en contarte sus anécdotas, dolores y ponerte al tanto de lo que tienen que arreglar del lugar y de cómo llegaron hasta ahí.
Son parcas, poco demostrativas, pero amables a su modo. Y muy divertidas con sus comentarios. Tomasa y Gertrudis.

Está todo mucho más preparado para el turismo que la otra vez que fuimos, la gente por supuesto super amable, siempre dispuestos a recomendarte un sitio para conocer, un lugar para comer o decirte cómo llegar a determinado lugar.
La ciudad de Salta está preciosa, cuidada, limpia, bien mantenida.
Obviamente las partes feas de la ciudad siguen siendo feas.... el último día nos metimos en un mercado (el mercado central propiamente dicho) a la vuelta del residencial.
Amiga Xmm estaba feliz, le encantan esa clase de aventuras. Yo pasé los primeros 5 minutos rogando por salir viva o más o menos entera. La verdad es que el lugar no es lindo, pero tampoco peligroso.
¿Por qué siempre los lugares lindos inspiran confianza?

Compré una colcha llena de colores divina, a 28 pesos.
No podía no comprarla. Obvio que ya la lavé y la puse al sol ayer porque sólo Dios sabe donde estuvo.

En Purmamarca me compré una ruana color gris, increíble.
Y un típico sweater del altiplano en color gris en Humahuaca.
Hacía un frrrrrrrrrrrrrrrío en Humahuaca que no se podía creer.
Amiga Xmm se enojó un poco porque no tenía ropa y yo no la previne del frío, pero yo no sabía que bajaba tanto la temperatura.
La vez anterior fui en Febrero y eso no pasó.

Humahuaca es un lugar que me da tristeza, no sé por qué, pero ya entendí, luego de ir dos veces que el lugar me pone así. Es muy colonial y bonito, la mayoría de las esquinas son en ángulo recto y no en ochava.
Me encanta eso.

Pero es muy pobre y la sensación que me ronda es de una lejanía absoluta, de un silencio que trasciende el silencio real.
Parece que estuvieras en silencio por dentro. Hasta molesta si uno escucha hablar fuerte a alguien.
La noche que pasamos ahí encontramos un pequeño restaurant adonde cenamos y un grupo de folklore se puso a tocar a la par nuestro.
Nos encantó. Teniamos una pareja de canadienses atrás que estaban felices con la música.
La gente que oímos cantar durante esos días, tiene una voz maravillosa. Como si estar tanto tiempo en contacto con el silencio de los cerros les impregnara la garganta de un sentimiento especial para contar su vida en forma de canto.
Algunas canciones son tristes, porque su vida misma lo es.
Fue una hermosa cena y la calidez de la gente fue una sorpresa.
Los jujeños son algo más ásperos que los salteños en su trato y veníamos sintiendo la diferencia.

Y había muchos... mm "neo hippies" digamos, que van a hacer artesanías...
Hace 6 años no era así, y en un momento hasta me molestó.
La gente del lugar vive de lo que hace y de lo que vende.
¿Por qué tienen que adoptar a muchachitos y muchachitas disconformes con sus vidas en una gran ciudad que no tienen mejor idea que ir a vender sus collares de cuero de Plaza Francia a la Puna jujeña e instalarse en el mismo mercado que los lugareños?
¿No les alcanza con tener a sus papis que los mantienen a la distancia?
La gente de Humahuaca no tiene papis en un barrio acomodado de una ciudad capitalina.

Quisimos cruzar a Iruya, pero había derrumbe y no pudimos, aunque yo estaba encaprichadísima con ir.
En una operación de lo más extraña terminamos devolviendo los pasajes de Iruya y cambiándolos sobre el micro por otros hacia Purmamarca, deteniendo el micro a los gritos y agitando los billetes mientras arrancaba.
De ahí nos fuimos a Salinas Grandes.

Les voy a mostrar una foto mía en Salinas. La saqué con el celular, no pude sacar muchas porque no tengo la memoria reparada (ver post sobre el problema con Personal). Es precioso. Valió la pena el viaje, lo tengo que admitir. Es un lugar de no creer.

La ruta va bajando desde la montaña y separa dos enormes superficies repletas de sal. No alcanza la vista para ver hasta donde llega. La sal parece nieve.
La gente que trabaja en el lugar lo inunda a la mañana temprano y luego (desconozco el proceso) se quita la sal que se desprende del lugar. Hay piletas también , llenas de agua salada, de color verde agua.
Todo el paisaje es increíble, lo rodean las montañas, enormes y oscuras que le dan un marco irreal al paisaje. La gente que trabaja allí está tapada de pies a cabeza, la luz es muy abrasiva para la piel y para la vista.
Y están a algo más de 3 mil metros por sobre el nivel del mar.
Para llegar allí pasamos por un punto de más de 4 mil metros. Es mucho, y el camino es muy ensortijado.
Lo bueno es que el camino está pavimentado, no como algunos tramos de la ruta a Cachi que son de tierra y de una única mano.

También compré quesillo de cabra... delicioso.
Y muchas muchas especias y hierbas para el mate.

Algunas tienen efecto raro, que evitaré contar. No son tan divertidas como los alucinógenos.

Con amiga Xmm nos llevamos bien, más allá del malhumor que me pegué en un par de situaciones (como con Iruya) y a que en algunas cosas no tenemos mucho que ver.
Pero ahí está la gracia, sino es aburrido.

Pero fue importante, nos reímos mucho, nos encontramos con gente muy muy buena y amable.
Gente que se preocupaba por nosotras.

Adjunto también otra foto que pude sacar con el celular. Es de Cafayate, otro lugar precioso.
Pero al recordar Cachi y Salinas, Cafayate hasta parece poco.

Era un rito en los indios (rito que repiten la gente del lugar al costado de la ruta) hacerle ofrendas de agradecimiento a la Pachamama.
Las llaman "apachetas" y son pilas de rocas que forman una pequeña montaña y tienen en su interior las ofrendas: comida, bebida, un cigarrillo encendido.
Es una forma de decirle "gracias" a la Madre Tierra por el sol, la lluvia, una buena cosecha, o la riqueza de la tierra.
Hay que ser agradecidos por aquello que se nos brinda.
Como la belleza de estos paisajes y la amabilidad de su gente.