miércoles, 29 de abril de 2009

Blur


Muchas veces uno sabe que tiene que tomar una decisión y no se anima.
Por momentos la línea entre el desear y el querer parecen fundirse en la cabeza.

Muchas veces uno sabe que tiene que el silencio no ayuda, que debe preguntar para decidir y no encuentra la valentía para hacerlo.

Muchas veces las palabras suenan lindas y ordenadas en nuestras cabezas y al momento de decirlas mirando a los ojos de alguien, no salen, o salen desordenadas o se dicen de la manera menos indicada.

A mí siempre me gana la prisa y este año (digo este año, porque es uno de mis objetivos, aunque me acompañe por el resto de mi vida) tengo que aprender a no tomar decisiones con la vista nublada. Nublada por el enojo, por la tristeza o por la prisa.

Cuesta esperar, pero hasta no tener la vista clara es mejor no accionar, porque cuando uno no ve el camino puede estar volviendo hacia atrás sin darse cuenta.
Y lo que no sabemos es que decidir también libera y nos hace bien, aunque nos quedemos sin eso que no podemos soltar.
Así que ... a mirar para adentro, no para afuera, a buscar las respuestas dentro de uno y no en lo otros y a tener la vista más clara para poder luego mirar con los ojos transparentes.

En escena

Estas dos personas aman lo que hacen.
Y se nota.
Ojalá la publicidad generara emociones como estas.


lunes, 27 de abril de 2009

jueves, 23 de abril de 2009

Leave II

A veces uno, simplemente tiene ganas de irse.




miércoles, 22 de abril de 2009

De Película I

El otro día fuimos con amigo Xs a ver El niño pez.
No voy a hacer una crítica del film ni mucho menos porque no me dedico a eso, pero voy a decir que nos gustó a ambos,.
Al salir arribamos a una conclusión con mi amigo:
En Argentina, para ser una directora de cine mujer, y ser reconocida por la crítica, no podés ser bajo ninguna circunstancia heterosexual, ni mucho menos tratar una temática de esa característica en tu historia.

Tenés que usar lentes de marco grueso, negro creo que ya está demodé (como la palabra "demodé" está "demodé"), en lo posible, alguna combinación loca de colores como rosa y naranja, o rojo y amarillo.
Y un sweatercito a rayas.
Y un par de zapatos feos, cuasi ortopédicos.
Y medias gruesas, oscuras.
Y pollera a la rodilla.
Y el pelo corto por arriba de los hombros, siempre desprolijo, con alguna que otra hebilla "sapito" que te agarre el jopo.
Y seguro, pero seguro que te tiene que gustar Alanis Morrisette, y cantar a voz de cuello sus canciones de angry girl decepcionada por los hombres que te engañaron, decepcionaron y lastimaron tanto tanto, que te obligaron a ir a refugiarte a los brazos de otra mujer.

En fin.
Igual, más allá de este prejuicio que se me escapó de la jaula, la película está buena.

lunes, 6 de abril de 2009

Mi casa

El viernes 3 de Abril hizo un año que me mudé a vivir sola.

Puedo decir que sobreviví, tanto financiera como psíquicamente, lo cual ... es un gran logro para mí!!!

A lo largo de este año, pasé (como seguro saben bien los que leen este blog) por "estados alterados", llantos, risas, la casa vacía y la casa llena de gente.

Hubo un gato en el medio (un gato de cuatro patas, no de dos) que luego se fue a vivir una vida mejor que la que yo podía ofrecerle (no lo maté, simplemente lo cedí a una familia que le iba a dar algo que yo no podía, por una cuestión de género: cariño, porque alimento no siempre es suficiente).

Muchas veces, sobre todo al principio, me sentaba en el sillón blanco, al lado del gato, justamente y lloraba porque me sentía sola y porque me costaba hacerme cargo de la decisión que había tomado, entonces me decía "estás acá porque vos quisiste, así que bancatela", y lloraba, el gato miraba, yo me prendía un cigarrillo y me iba a dormir con la calma que da el llanto.
En ningún momento me arrepentí.

Miento. Un par de domingos de verano, en los cuales me podía a limpiar y traspiraba como el señor de la pizzería de la calle Lafinur, cerca de la casa de OotS, porque el negocio es chiquito y el horno está muy cerca.
Bueno, limpiaba y limpiaba y el tiempo parecía no alcanzarme para limpiar todo lo que quería limpiar, y ahí me acordaba que en casa de papá casi no tenía que mover un dedo y me daban unas ganas locas de volver cual hija pródiga, necesitada de un baño y una cocina relucientes y un comedor ordenado, y pedirle perdón a papá y decirle que no lo iba a pelear más con tal de que tuviese la habitación con los muebles lustrados.
Pero no lo hice.

A ver si puedo poner una foto aceptable de mi casita....