miércoles, 27 de febrero de 2013

Cut the cord


Hace unos meses, en una cena, mi amiga Xm me contó una situación que estaba atravesando en su trabajo.
Su jefa directa estaba teniendo con ella y con sus compañeros unos manejos maquiavélicos que ella no sabía cómo manejar.

Me acordé de un libro que me habia recomendado mi analista, hace muchísimos años, cuando apenas arranqué terapia. 
Se llama El Acoso Moral.
Cuando pude conseguirlo, se lo compré.

Xm arrancó a leerlo y cuando le pregunté cómo iba con la lectura y si le había servido, me dijo que no había podido seguir.
Le angustiaban tanto las situaciones que describe el libro que las revivía al leerlo, y no podía continuar.

Pasó el tiempo, y un día en casa de Xm, mientras ella trabajaba en su laptop, me puse a revisar su biblioteca y lo encontré.

Lo empecé a hojear.
Yo acababa de cortar una "relación" con alguien decía estar viviendo una situación de manipulación. 
Empecé a leer porque pensé que en algún punto podía llegar a entender lo que le pasaba a aquél pibe.
Mi amiga me dice: "¿lo querés leer en voz alta? Porque así si lo puedo soportar". 
Asi que se lo leí y reflexionamos y charlamos y demás.
Me fui a casa y al dia siguiente pensé "quiero tener ese libro porque es útil".
Así que lo empecé a buscar, por acá, por allá y está agotado.
 

El sábado a la mañana entré en Paradigma, una librería chiquitita que está sobre Maure, cerca de casa, a buscar el libro.
Eso fue raro, porque iba a entrar en la sucursal que está a la vuelta y no se por qué, di un paseo más largo y terminé entrando justo a esa.
Mientras esperaba a que me atendieran, encuentré en una de las mesas de libros, un librito, mínimo que se llama "La Ley del Espejo".  

Empecé a leer la contratapa y ví que habla, de manera muy acotada, de la teoría de las constelaciones.
Me atiende la mujer de la librería y me dice que no tiene más El Acoso Moral.

Cuando le muestro el libro que habia agarrado, me dice que ella le habia regalado ese librito a un muy amigo suyo.
Que su amigo se lo llevó en unas pequeñas vacaciones, que lloró como nunca y que le sirvió para hablar con su padre de cosas que nunca había hablado.

Me lo llevé, y me lo leí en la tarde del sábado.

Habla puntualmente de que nuestra vida refleja nuestro interior. 

Cuando uno quiere saber cómo se ve por fuera, se mira en un espejo.
Cuando uno quiere saber cómo está su interior, la manera de saber cómo está es mirar la vida que lleva. 
De eso se trata el espejo.
 

Leyendo descubrí algo muy puntual y muy doloroso, que no tengo ganas de exponer.
Pero lo que aprendí al leerlo, es que hay hechos en nuestras vidas que creemos no poder perdonar.
Y ese no poder perdonar hace que permanezcamos anclados, eternamente, en un dolor que impide nuestro crecimiento, y con eso, nuestra felicidad.

Pienso en la coincidencia tremenda de entrar a buscar un libro y encontrar justo ese.
Pienso en cuánto tiempo perdemos no dejando ir algo.

Afortunadamente, uno siempre puede hacer algo al respecto.

El bebé de la foto soy yo. Y la mujer, es la mujer a la que durante mucho tiempo no pude perdonar. 
Mi mamá. Pilar.



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