jueves, 28 de mayo de 2009

Sólo por Miedo

Esta es una canción que me encanta.
La letra es de Juan Pablo Silvestre y lo canta María Salgado muy bellamente.

Y habla de algo en lo que estuve pensando mucho en estos días: los distintos miedos que tenemos las personas.
Y que nos paralizan y nos mantienen estancados en lugares que no nos hacen felices.
Lo bueno es detectarlos, reconocerlos. Saber que existen, y que probablemente permanezcan ahí durante mucho tiempo, pero que el poder de vencerlos está en nosotros.

Que bonito es el miedo cuando es sincero
que brillante el futuro cuando es oscuro
que exquisito el delito cuando lo grito
cuando lo grito.

Una vida más tarde comprenderemos
que en la vida perdimos
sólo por miedo.

Que belleza la vida cuando se olvida
que profunda la herida si está dormida
que segura una barca a la deriva
a la deriva

De qué sirve la calma si no me salva
cúanto vale mi alma si no cabalga
dónde va la esperanza si no me alcanza
si no me alcanza

Que bonito es el miedo cuando es sincero
que salvaje el deseo cuando te veo
quíen pudiera decirte lo que te quiero
cúanto te quiero ...


miércoles, 13 de mayo de 2009

Cuidado con lo que deseás porque se te puede cumplir

El lunes pasado (el de la semana anterior), estuve mirando algunos blogs de decoración y moda y bla, que me encantan, y no recuerdo en cual vi una mamushka y pensé "quiero una".

Al día siguiente, en otro blog, volví a ver una y volví a sentir el deseo de tenerla.

A la tarde / noche, cuando volví para casa, fui al supermercado y a buscar la ropa del lavadero.
Cuando estaba entrando al edificio, me encuentro con una madre y un hijo que habitualmente encuentro a la entrada y siempre me abren la puerta.
Él es un poco mayor a un adolescente y es el típico hijo medio gordito, vestido de negro que sale con su mamá a hacer las compras y reniega de eso.
Antes de abrir la puerta, la vi.
En el piso, chiquita y de madera, la mamushka.

En un ataque da amabilidad de los habituales que me agarran al entrar al edificio les pregunté si era suya (siempre encuentro cosas entre la puerta y el palier; la última vez encontré un sonajero y como cuando lo encontré justo bajaban dos señoras del ascensor y me agarró el consabido ataque, les pregunté si sería de ellas. Una me contestó que estaban un poco grande para eso).
Me dijeron que no.
Dije que dejaría la muñeca arriba del escritorio de la entrada por si el posible dueño aparecía a buscarla.

Y luego discutimos amablemente si podíamos entrar todos en el ascensor, y yo dije que éramos muchos y yo venía muy cargada.
Y cuando cerré la puerta del ascensor detrás de ellos, miré a la muñeca arriba del escritorio y pensé que yo no podía despreciar semejante regalo del universo.
Yo había dicho que quería una y el universo, de manera imprevista y curiosa, me había puesto lo que yo quería a mis pies.

Así que me la metí en el bolsillo.
Y ahora está en la repisa de casa. Es apenas más grande que mi dedo gordo.



martes, 12 de mayo de 2009

Everybody here, comes from somewhere

Luego de las cosas que me han venido pasando durante estas últimas semanas empecé a entender que la vida tiene un extraño método de compensación, pero que es igual para cada ser humano.

Algunos de nosotros no tuvimos abuelos, y deseamos haber tenido una idea de lo que se trataba; algunos sí los tuvieron y fueron fantásticos, otros los tuvieron y no lo fue.

Alguno de nosotros no se mudó jamás y no sabe lo que es cambiar de hogar, de amigos, de ciudad, de escuela, de clima, periódicamente. Otros sí lo saben y no lo querrían volver a vivir.

A algunas personas se les complica hacer amigos, pero están siempre en pareja. A otras se les complica estar en pareja, pero tienen un trabajo que los satisface personal y espiritualmente, otros tienen una excelente familia que los contiene.

Algunas personas se casan con su novio de la secundaria y tienen uniones duraderas por muchos muchos años. Otros se casan y se separan muchas veces. Otros no lo hacen jamás.

Algunas personas perdieron a sus padres de niños, otras de adultos. Algunas personas fallecen antes que sus propios padres.

Algunas personas nunca tuvieron una discusión familiar que los separara, otros no conocen una vida sin esas discusiones.

Algunas personas tuvieron padres que les demostraron su cariño constantemente, a otras sus padres no les dijeron nunca cuánto los querían.

A algunas personas sus compañeros de colegio les hacían la vida escolar difícil de llevar, y otras fueron los mejores alumnos o los que más amigos tenían.

Algunas personas se enferman seguido, otras no se enferman nunca.

A algunas personas les gustan las flores, a otras les dan alergia.

Todos tenemos algo.

Todos venimos de algún lado, con nuestras historias, con nuestro pasado, con una idea de futuro que a veces nos empeñamos en concretar y otras hacemos todo lo posible para que así no sea.

Todos tenemos una mochila con cosas que nos gusta sacar y otras que preferimos que queden guardadas en el más profundo de los bolsillos.

Es imposible pedirnos perfección a nosotros mismos y a quienes nos rodean, cuando hemos tenido experiencias que nos han constituido tan distintamente.

Todos, absolutamente todos, venimos de algún lado.