jueves, 5 de febrero de 2009

Ayer

Ayer fui a iniciar el trámite para obtener mi título universitario.
Los que me conocen hace tiempo saben que dejé de cursar hace casi tres años y también saben que nunca intenté ir a buscar el título.

Entonces.
Entonces la pregunta es qué me llevó a tratar de terminar una carrera cuasi desesperadamente, para luego no ponerle el moño, el título, la toga y el birrete jamás.

A veces uno se precipita a andar un camino sin contemplar cómo va a ser el final. Y los finales, de un camino, de una etapa, de un modo de vida, de un viaje, asustan.
Asusta el pensar en qué se hará luego de que el camino llegó a su fin y los compañeros de viaje fueron saludados y despedidos, y fueron hechas las promesas de un cercano reencuentro. Asusta que el deseo de transitar ese camino, de hacer ese viaje, se haya muerto y haya que dar a luz un nuevo deseo para seguir viviendo.

Entonces, uno (yo en este caso) se engaña en la permanencia entre dos mundos, el del estudiante y el del graduado, no haciéndose demasiado cargo de ninguno de ambos, no siendo una cosa ni la otra, pero sabiendo que la hora de la elección es también la hora de la renuncia.

Estoy feliz por haber iniciado el trámite.
Es como cuando una persona fóbica puede subirse a un subte. Para esa persona es difícil subirse a un subte.
Para mí es difícil clausurar etapas de mi vida.
Y ayer cerré una.

Voy a ver si encuentro una foto para celebrar este momento.









1 comentario:

  1. todo queremos seguir avanzando?
    para mí también es dificil cerrar etapas.

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